El bienestar integral y mental de las personas y las empresas es fundamental porque influye directamente en la calidad de vida, el desempeño y la sostenibilidad. Para las personas, un equilibrio mental y emocional mejora su salud física, relaciones interpersonales y capacidad para enfrentar desafíos. En las empresas, el bienestar de los empleados fomenta un entorno laboral positivo, incrementa la productividad, reduce el ausentismo y fortalece la creatividad y la innovación. En ambos casos, invertir en bienestar es clave para construir una sociedad más saludable, eficiente y resiliente.